Educar
para el mundo laboral, significa desarrollar en nuestros estudiantes la
capacidad de adaptarse a un mercado en constante transformación. Es una
construcción diaria. Es
conocimiento.
Es educar con amor. Es crecimiento. Es Liberación. Es Existencia.
Integración
del Contexto productivo
Las
exigencias actuales del mundo del trabajo, nos llevan a plantearnos nuevas
estrategias a implementar en la formación de los recursos humanos, en
nuestra región. Considerando importante la
participación de los interlocutores sociales y de directivos de las
Instituciones de Educación Técnico Profesional.
Así como
favorecer el desarrollo de competencias que tengan una perspectiva integrada,
que contemplen un enfoque sectorial y social, basado en la demanda y el diálogo
social, para responder a las necesidades de las
empresas y de los trabajadores.
Gracias a
un proceso eficaz de vinculación con su entorno, las instituciones educativas
pueden obtener conocimiento de las tendencias presentes y futuras del mercado
de trabajo en cuanto a demanda y oferta de calificaciones y sostener una
comunicación permanente con redes productivas.
Para
planificar acciones orientadoras en el campo educativo, es necesario que el
orientador pueda captar la complejidad de los fenómenos del campo del trabajo, reconocer
la especificidad de los objetos de trabajo, distinguir los diferentes niveles
de operación, manejar estrategia que favorezcan las relaciones, impulsar
acciones de investigación que les permitan evaluar las experiencias, las
innovaciones, producir ajustes, sabiendo que la velocidad con que se están
dando los cambios requieren de una estricta planificación y seguimiento de las
acciones.
En este sentido, uno de los desafíos fundamentales que tenemos por
delante las instituciones educativas, es un vínculo real con el sector
productivo regional.
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